La batalla seguía, era solo un juego, un entrenamiento q se nos había ido de las manos. Una estúpida apuesta q en verdad nunca quise hacer... pero aquí estaba y no pensaba perder.
- Mist, esto no tiene sentido... ¿paramos?
- ¿Seguro?
- No tiene sentido una pelea q nadie ganará.
Las espadas callaron, las paramos, y me giré para verla a ella... a ellas, a las personas q quería... ese fue mi gran error. Algo silbó y se clavó como una tea ardiente en mí, miré a mi pecho y veía salir la punta de una espada por él, la sangre goteaba de la punta y empezaba a formar un charco en el suelo.
- ¿Por... por qué?- dije en un suspiro
- Porque será mía, no sólo un día.
Porque será mía... las piernas me fallaban, me notaba frio...
Porque será mía... la sangre emepezaba a salir por mi boca
Porque será mía... no sentía ya nada...
- Te he hecho un favor Mist. - susurró Eiel. Siguió andando y se encontró con ella, esta le besó y empezaron a darme la espalda. La gente empezó a acercarse a mí... muchos me tendieron las manos, pero los brazos no me respondían ya para aferrarme a ellos.
Porque será mía... y no sólo un día... la cabeza comenzó a caer, el suelo se acercó y me estrellé contra él. Las lágrimas brotaron, no era dolor... al menos no algo físico.
"¿Por qué?.... ¿por qué me habeis abandonado...?"- ese grito a los dioses se perdió en su mente.
- Has tardado amor.- allí estaba Ella.- llevo esperándote desde los 8 años.
- No era el momento y lo sabes.
- Lo era... te habrías evitado todo esto
- ...
- Y ahora... ¿qué hago yo contigo?
- Se supone q llevarme contigo.
- Debería castigarte... y es lo q voy a hacer.
- ¿qué vas a hacer? ¿matarme?
- No, au contrarie mon amí. Vivirás... pero vivirás con el sentimiento y el pensamiento q estaba en tu último momento.
- No... no por favor...
- Vive...- su gesto cambió a un extrema dureza- y sufre.
Las heridas se cerraron, mis pulmones volvieron a coger aire y mi corazón dejo de latir.
"Porque ella será mía..."
"sólo un día"
"Mía... día..."
"Soledad, tristeza, muerte..."
- Arrrrggggggggg.- cogí mi espada... estire el brazó y corté. la sangre no fluyó- ya.... estoy... muerto.
Un muerto en vida... un castigo eterno. La maldición de los dioses en mí.
Entre fotografías y acepciones
Hace 4 meses
1 comentario:
Ay...qué desamor tienes, eh primo?
Si hablaramos de nuestras alegrías tanto como lo hacemos de nuestras tristezas seríamos el doble de felices.
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