martes, noviembre 02, 2010

Hace dos años...

Hace dos años, el 1 de noviembre de 2008, era sábado; tras una semana mala en la cual mi abuelo había pasado un mal post-operatorio de una operación de tumor cerebral decidí quedar con mis amigos para una partida de rol; fuimos a casa de Javi: Fernando, Jose Armenta, Ramon y yo. Primer fallo: decidí que tenía que desconectar, mi padre acababa de venir de S. y él había ido a ver a mi abuelo, yo me había quedado con el dato de está mejor y había obviado el "está peor" y la cara de preocupación de mi madre el día anterior, pero yo consideraba a mi abuelo un toro, no cabía en mi cabeza un final, sino un empeoramiento del cual llegaría su recuperación.

Ya en casa de javi comenzó la partida, Ramón se ponía al día, Jose y Fer hacían chorradas y yo quería actuar con mi catedral, cuando llegó la llamada: "Recoge a tu hermano y ven corriendo al hospital, ya no le queda mucho", no son las mismas palabras, ya no pensaba mucho, pero si que recuerdo el correr como un desquiciado a Mairena para recoger a mi hermano pequeño, dejarlo en casa y volar a Triana, a la Cruz Roja, donde tenían ingresado a mi abuelo. No se como, quemé el coche en esta carrera, una vez quité el contacto no volvió a arrancar; quizás fue que a la batería le tocaba llegar a su momento, quizás fuera por forzar el coche, quizás hice algo raro y no me acuerdo o quizás el destino es un ser irónico, porque la batería murió casi al mismo momento que lo hacía mi abuelo. Llegué al hospital para recibir la noticia, entré por primera y única vez en la UCI, donde una enfermera me cortó el paso hasta que le dije a quien iba a ver, llegué a la sala de espera, todos estaban allí, besos y abrazos... luego el segundo fallo: Entrar a verlo amortajado, no era él ciertamente, le faltaba toda la vida que siempre desprendía, además ya su piel cogía un color grisáceo que lo alejaba de lo que yo conocí, el pelo aplastado contra la cabeza y restos de sangre cerca de la nariz...

Pasó una noche malísima,de la cual recuerdo cansancio y calor, no podía quitarme el forro polar porque debajo llevaba una camiseta de Gomaespuma, cenamos cuando ya todos se fueron, comí sin ganas; luego intenté resucitar el coche: nada, así que cogí el de mi madre, ella volvería con mi padre.... al día siguiente el entierro, donde cometí el fallo de bajar al crematorio, días de cansancio fueron los primeros de noviembre, días donde la realidad me golpeó... son días frios los de Noviembre y por eso en ellos siempre me apetece dormir.