Volaba sobre la tierra
posándome en ramas
cuando todo me superaba
pero me pudo el orgullo
y volé hacía al mar.
El océano me cautivó
con su gran inmensidad
y sin ser gaviota
a él llege a volar.
Ahora estoy suspendido
entre corrientes de aire inciertas,
no se donde me llevaran
solo sé q volaré
hasta q mis alas no puedan más.
Moraleja de la historia: No te adentres en el mar.
1 comentario:
Ah, mira, yo también tengo este mar!
Un saludo.
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