martes, septiembre 04, 2007

Wiccas

Rompo un poco las paridas anteriores para poner este texto, espero que os guste


"Para MJ del Carlos Haya, por leer mis historias y aguantarme en el autobús. Un besazo"

Aquel que lea o me escuche no me creerá, no podrá por la sencilla razón que es cambiar toda la perspectiva a que hasta ahora tenía y si lo entiende es porque es una como nosotras.

Todo empezó el año pasado, era verano y la selectividad ya era un sueño difuminado por las vacaciones, pero para nunca olvidar ese último año que íbamos a estar juntos habíamos planeado un viaje a Canadá, extrañamente la proposición salió de los más tímidos del grupo: Fernando, Ramón y Rafa.

Precisamente ellos iniciaron mi pequeño viaje al “País de las Maravillas”, mientras caminábamos por un senda en un bosque noté que estos tres se separaban del grupo y se metían por un sendero que los internaba más en la espesura. Avisé al resto de que siguieran, que ya los alcanzaría, quizás si no lo hubiera hecho mi vida no hubiera cambiado tan drásticamente.

El sendero conducía a un claro y en él estaban los tres, dos estaban arrodillados delante de un abeto enorme, el otro estaba de pie y parecía estar rezando. “vaya tontería”- pensé. Y estuve a punto de gritarles algo cuando de repente algo cambió; del interior del árbol surgía una luz verde que subía su tonalidad, el que rezaba (pude ver que era Ramón) aumentó la velocidad de la salmodia, Rafa se levantó y le presentó al árbol un tazo que parecía contener una especie de líquido; mientras Fernando realizaba una incisión en la corteza del abeto.

Como si de una puerta se tratara el árbol se abrió por donde le habían hecho el corte. El resplandor verde alcanzó tal potencia que tuve que taparme los ojos, cuando los pude abrir no había nadie más en el claro... pero el portal seguía abierto. Así armándome de valor entré yo también.

No noté nada, es como si efectivamente hubiera atravesado una simple puerta, sin embargo el paisaje había cambiado, ahora estaba en una aldea...

Se trataba de un sitio totalmente medieval, las calles eran de tierra y los edificios se distribuían sin orden aparente, los animales paseaban por las calles totalmente libres y además se veían totalmente salvajes, como si no fueran siquiera animales de granja, pero lo verdaderamente inquietante era la falta de personas.

Todo estaba calmo, tranquilo, sin un solo ruido, excepto el de los animales, y las casas estaban cerradas a cal y canto. Grité para ver si había alguien pero sólo me respondió el eco de mi voz, como nada sucedía decidí moverme, el único camino posible era un bosquecillo que se veía mas allá del pueblo.

A llegar al linde empecé a escuchar unos ruidos, al pararme a escuchar logré comprender que eran voces humanas así que corrí allí de donde surgían. Cuando vi donde estaban un deja vu asaltó mi mente.

Ramón estaba en el centro de pie, Fer y Rafa a sus lados arrodillados, la diferencia es que esta vez no rezaban y que había muchísima más gente en el claro, mayoritariamente eran mujeres y tanto ellas como los varones vestían con amplias túnicas de color negro, marrón y verde, todos llevaban un animal a su lado; no un perro o algo parecido, sino lobos, lechuzas y otros animales pertenecientes al bosque. Yo entonces no lo sabía pero estaba viendo a la wicca
Al lado del abeto estaba una mujer, cuyo animal era un zorro albino, y esta hablaba con mis tres amigos.

- Habéis venido para presentarnos al nuevo representante de la wicca en la Tierra, habéis usado los antiguos canales para llegar a nuestro mundo y habéis sido aceptados por Gaïa. Así que sed bienvenidos y señalad quien será el Elegido.

Rafa se adelantó un poco y señaló a Ramón:,

- Según leí en las escrituras – comenzó - El Elegido ha de ser ya un protector de la naturaleza, en nuestra sociedad equivale pertenecer a los scout, además él es un ejemplo de honradez y conciencia propios de los representantes.

- No es mala elección, Lector, pero no es él, hay un pasaje que dice “Aquél que sea llegará con la inocencia de la especie y cruzará el umbral sin saber lo que le espera. Ramón sí lo sabía, ¿no os acompaña nadie más?
- No... – dijo Rafa- ¡ese pasaje no estaba en mi copia! De haberlo sabido...

Yo no me había dado cuenta pero mientras hablaban un lobo se me había acercado por la espalda, lo noté cuando este gruñó. El miedo paralizó mi mente y mi cuerpo, me giré muy despacio y allí lo vi. Era gris, con unos dientes enormes y unos ojos castaños que denotaban la inteligencia de su especie, pero algo raro pasó, al verme cara a cara pareció reconocerme y empezó a jugar conmigo dando saltos a mi alrededor. Yo seguía bastante asustada, además con el ruido alertaría a la gente del claro. Parecía si con solo pensarlo se hubiera materializado, allí estaba la jefa del grupo, delante mía con su zorro albino, el zorro vio al lobo y ambos se pusieron a jugar juntos.
- ¿Quién eres?
- Soy María José, amiga de Ramón, Rafa y Fernando.
- ¿Cómo has llegado aquí?
- Les seguí.
- Entonces a esto se refería la profecía...- dijo una voz detrás de ella.- ¿Estás bien MJ?
- Sí, sí. Un poco asustada por el lobo eso es todo.
- ¿Ella pertenece al grupo que mencionaste?- le preguntó la jefa a Rafa.
- Sí, tiene que ser ella, no hay nadie más. ¿Verdad?- terminó preguntándome a mí, yo negué con la cabeza.
- Entonces acompáñame Elegida.

Lo que allí pasó se me prohíbe contarlo, sólo puedo deciros que cuando salí era una bruja, una bruja de la naturaleza. Podía escuchar el canto de los árboles, entender a las aves y bestias pero mi principal misión era salvar la Tierra de un animal, del propio hombre. Gaïa me necesitaba y yo no iba a desoír su petición. ¿Qué que paso con el lobo? Digamos que ese perro que duerme tan plácidamente puede ser más fiero de lo que parece... y pequeños la leyenda se ha acabado.

Un coro de lamentos surgió de los pequeños scout que formaban el corro.
- MJ y ¿esto es real?
- Las leyendas son reales si tu quieres que sean reales.
- ¡Guay!

“Cuando todos se fueron y MJ se quedó sola un zorro albino se acercó a ella.”

- Espero estar haciéndolo bien amigas...

Y aunque parezca extraño le pareció que el zorro sonreía




FIN