Recuerden, recuerden el 1 de noviembre.

Hace un año ya, un año desde que yo tuve que salir de una partida de rol volando y llegar al hospital, para enterarme que mi abuelo había muerto. Un final que no me esperaba a una vida que llenaste de luces y sombras, a mi sólo me han llegado retazos y flashes de tu vida, cada cual, de mis tios, tias, abuela, primos y primas lo han vivido de manera diferente; al igual que este año.



Para algunos la noticia de esta muerte aun no ha entrado en los profundo del cerebro, entre ellos estoy yo, muchas veces me encuentro pensando en llamarte o diciendo que de tiempo hace que no voy a verte. Otros días el hecho es más pausible, tu cumpleaños, la feria, Navidades... un día como hoy, en esos días es imposible no recordar lo que ya pasó.



Para otros de nosotros la noticia ha marcado el año, un recuerdo constante es igual de malo que uno que desaparece, en todo hay un proceso que seguir para llegar a estar en paz.



Un año rememorándote, un año recordando tus hazañas, un año recordando esas palabras que nos dijiste, un año sin ti.